Todos los años, el 9 de mayo, se celebra el Día de Europa. Voy a explicar a continuación el por qué de este acontecimiento y cómo se ha conformado, a grandes rasgos, la actual Unión Europea.
El 9 de mayo de 1950 se proclamó la “Declaración Shuman” que originó la primera Comunidad Europea: la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero). Esto incluía en el fondo una nueva forma de cooperación política en Europa que intentaba evitar que se produjeran nuevas guerras en nuestro continente tras la segunda guerra mundial.
En el momento en el que se constituyó la mencionada CECA, los seis países fundadores (Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos) comenzaron un proyecto económico, político y social que ha generado paz, estabilidad y prosperidad durante más de 70 años.
A lo largo de las décadas, la Comunidad Europea ha tenido diversos nombres. Cuando España firmó el Tratado de Adhesión, se denominaba CEE (Comunidad Económica Europea), ocurriendo esto en el año 1985. La actual Unión Europea se creó posteriormente, en 1993, mediante el Tratado de Maastricht.
La Unión Europea (UE) es una entidad geopolítica que cubre gran parte del continente europeo, constituyendo a su vez una asociación económica integrada por 27 países (eran 28 pero el Reino Unido salió en 2020). A partir de los años 60, Bruselas se ha consolidado como la capital de la UE, donde se concentran la mayor parte de las instituciones comunitarias.
La UE ha contribuido a elevar el nivel de vida de los europeos, ha creado una moneda única y está construyendo progresivamente un mercado único en el que personas, bienes, servicios y capitales (las cuatro libertades fundamentales de la UE) circulan entre Estados miembros con total libertad. Lo que comenzó como una unión puramente económica, ha evolucionado hasta convertirse en una organización activa en muchos frentes, desde los derechos humanos y la democracia, hasta la política medioambiental.
Cuando un país quiere entrar en la UE, se debe firmar un tratado que requiere la aprobación por unanimidad de todos los Estados miembros. Estas incorporaciones están abiertas a todo país europeo que cumpla los criterios democráticos, políticos y económicos de adhesión (criterios de Copenhague).
El euro es la moneda única de la Unión Europea y su año de creación fue 1999. Doce de los entonces quince Estados miembros emitieron en 2002 los primeros billetes y monedas físicas (Dinamarca, Suecia y el Reino Unido no participaron en esta unión monetaria). Más de 340 millones de personas lo usan cada día (es la segunda moneda más usada en el mundo tras el dólar estadounidense) en 20 de los 27 Estados miembros de la UE.
La Unión Europea se rige por un sistema interno en régimen de democracia representativa, siendo sus principales instituciones las siguientes: Parlamento Europeo, Consejo Europeo, Comisión Europea, Tribunal de Justicia, Tribunal de Cuentas y el BCE (Banco Central Europeo). Además, existen otras instituciones con funciones especializadas como el Comité Económico y Social, el Comité de las Regiones, el Banco Europeo de Inversiones, el SEAE (Servicio Europeo de Acción Exterior) o el Defensor del Pueblo Europeo.
Todo ello se materializa en los siguientes aspectos que nos ofrece la UE del siglo XXI: favorecer la paz, prosperidad y estabilidad a sus ciudadanos, para que éstos puedan vivir con seguridad; promover un desarrollo económico y social equilibrado; hacer frente a los retos de la globalización y preservar la diversidad de los pueblos de Europa; defender valores como el desarrollo sostenible y el cuidado del medio ambiente, el respeto de los derechos humanos o la economía social; y tener representatividad internacional en los foros y organismos mundiales.
En este día de Europa se celebran festejos que hermanan a los distintos países europeos, y junto con la bandera, el himno y el euro conforman la identidad de nuestra actual Unión Europea.
Podríamos pensar que los españoles no tenemos nada que ver con los países anglosajones, los centroeuropeos o los nórdicos que son miembros al igual que nosotros de la UE, pero realmente el beneficio que nos proporciona el hecho de ir todos en la misma dirección en aspectos políticos, económicos, financieros y monetarios es muy superior que la opción de ir cada uno por su cuenta como antiguamente. Sin duda, unidos somos más fuertes.
Pienso que debemos estar orgullosos de haber logrado conseguir una Unión que representa el primer mercado mundial en muchos aspectos y considero que es nuestra obligación llevar adelante su espíritu original, de forma que, a pesar de todos los inconvenientes que se puedan presentar, nuestra UE consiga superarlos y salir más fortalecida, lo cual redundará en el bien de todos los europeos.